Bueno, como ser humano que soy e imperfecto, si hay faltas de ortografía LO SIENTO. Que conste que el corrector de faltas de blogger tambien tiene un poco de culpa. Eso si, si está mal redactado la culpa si que es mía, pero os podéis ahorrar los comentarios.
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Era una noche fría y oscura. Ni una nube en el cielo que ocultara el brillo azulado de la luna. De no ser por las farolas que marcaban el camino, la luna podría haberme guiado perfectamente. Me dirigía hacia la casa de mis padre. Mis padres no estaban separados, pero debíamos ir a esa casa de vez en cuando para limpiarla. Me acompañaba una chica llamada Nira, que se dirigía a su casa también, ya que estaba justo al lado. Nira era delgada, mas o menos de mi estatura. Su pelo era negro, recogido en dos coletas. Vestía una camiseta blanca con dos rayas purpura y una falta negra. Venía contándome que llevaba poco tiempo viviendo aquí.
Al llegar a casa de mi padre le ofrecí entrar por lo que ella aceptó alegremente. En mi habitación, Nira sintio curiosidad por un libro así que le dije que esperara allí mientras acudía a la llamada de mi madre, la cual había llegado mucho antes que yo junto a mi padre y la cual sonaba un poco desesperada. Al llegar a la cocina comprendí el por qué de su tono de voz. Encima del frigorífico se encontraba una extraña criatura parecida a una araña pero con nueve patas de un color verde, muy anchas, brillantes y un solo ojo amarillo. Al moverse arrastró una de las patas dejando las demás sin moverse. En el salón se encontraba mi padre intentando aplastar a una cucaracha con forma de lagarto. De pronto, escuché un grito. Salí corriendo a comprobar de donde venía. Era Nira. Huía de un monstruo desesperadamente. Sin pensármelo dos veces corrí hacia ella, entonces Nira calló. Justo cuando el monstruo iba a golpearla me apresuré y me puse en frente de ella de cara al monstruo. El monstruo medía casi 2 casas de alto y había quemado la mayor parte de la vegetación de los alrededores.
-¡Si quieres llevartela tendras que pasar por enfima de mi! -dije con los brazos extendidos-
Entonces, rápidamente el brazo del monstruo estaba apunto de golpearme y acabar conmigo. Cerré los ojos preparándome para el impacto y entonces un destello cegador el cual pude ver aun teniendo los ojos cerrados acabó con todo. Al abrirlos pude comprobar que el monstruo ya no estaba. Cuando recuperé la nocion del tiempo me giré y vi a Nira en el suelo.
-¡N-Nira! -Me acerqué a ella-. ¿Estás bien?
Nira me miro fijamente muy sonrojada. Lentamente se acercó a mi y me besó inesperadamente. Me sorprendí por un momento pero después le devolví el beso.
-M-muchas gracias... -dijo Nira sonriente-.
-De nada... -dije mientras la miraba sonrojado y aun un poco sorprendido-.
